jueves, 6 de junio de 2019

¿Quién es?

افائيل - רָפָאֵל - Rafael - Raphael - Raffaello

Tercero de los arcángeles, tiene conferido el don de la sanación divina del cuerpo, del alma, de la mente y el corazón, razón que da origen a su nombre del hebreo רָפָ  (Rafa, sanary אֵל (El, Él - Dios). Miembro del concilio de los Siete Arcángeles que tienen acceso al Señor, uno de los Cuatro Arcángeles sentados a su vera y de los Cuatro Arcángeles protectores del la Tierra.

"Uno de los siete que gobierna, que guía, que manda, que lidera..."

Labores atribuidas.

Protector de los viajeros, del noviazgo y los matrimonios.
- Presidente de los Malakim, el grupo de ángeles destinados a mantener el equilibrio en el universo y librar la Tierra de los males del hombre.
- Santo ángel de los espíritus humanos.
- Guía del Infierno, así como de los que lo necesitan, ya fueren almas o personas.
- Guía para los que aman, para los que necesitan regresar a dios, para los que necesitan inspiración en las ciencias.
- Portador de la tercera trompeta de plata que precede al Día del Juicio.

Virtudes atribuidas

Visión espiritual, inspiración verdad, integridad, previsión, salud.

Dones que confiere.


Capacidad para sanar, ciencias médicas, inspiración.

Apariencias

Original


— Jehová hizo a su sanador de cabellos rizados, marrones
oscuros como el nogal, le regaló dos orbes de un profundo
celeste, así como la belleza de un cuerpo ejemplo de la salud.
Sendas alas pardas nacidas en una ancha espalda.

Ad Terra

— Los ríos de sangre que mancharon sus manos al intervenir
en las guerras del hombre le hicieron comprender que no
podía presentarse ante Dios con un cuerpo maculado, así
que buscó una segunda apariencia con la que evitar el mundo
del hombre y manchar una figura que solo quiere mostrar a Dios.
El guía había perdido por un momento el camino.

Israfel

— Expresión física de la interpretación islámica de Rafael,
Israfel muestra la esencia propia que aguarda el sanador
con poner finalmente orden en el Cielo, la Tierra y el Infierno.
Cada uno de esos lugares representados con tinta en la piel de su cuello.
Las cruces del médico, cruces que ahora marcan sus otros cuerpos.

Historia.

Antes de la rebelión

Desde que el Señor hizo a Rafael, este estuvo destinado a convertirse en arcángel y largo período le costó aprender, comprender y asimilar cuantos conocimientos iba a manejar, incluso antes de que existiera el propio tiempo o el mismo mundo. Ningún otro de los Siete Arcángeles tardó tanto en asumir sus funciones como él, por lo que no es locura pensar que de haber sido creados todos ellos en el mismo momento, no hubiera sido el Tercero de los arcángeles sino el último; a pesar de eso jamás se sintió despreciado ni mucho menos, la determinación, la alegría y una sonrisa siempre le acompañaron.

De las tablillas escritas por Padre adquirió los dotes de la nación, las ciencias del universo y las ocultas, de la existencia aprendió modales, lealtad y coraje, por el porvenir asumió armadura, espada y maestría con esta, y finalmente, de un serafín sintió amor. Las normas estaban claras para él, para todos, mas no la tentación y sí las propias palabras que había oído del Creador le instaron a hacer caso omiso tanto de las directrices sobre aquello que debía guardar en su corazón como los cerrados roles que debe ejercer cada uno.

A ese serafín, miembro de la jerarquía celeste más alta, enseñó cuanto con palabras era transmisible, con gestos le adiestró en el combate, un inimaginable para un ser destinado únicamente a cantar alabanzas a Dios. Lo que empezó como un atrevimiento se convirtió en una constante siempre que se lo pudieran permitir, a tal punto llegó Rafael que aquel "espíritu bienaventurado" llamado Asmodeo se colocó justo por debajo de Yahveh, adueñándose de su corazón como nadie lo había hecho jamás.

Adquirida su condición total como arcángel sanador, guardián de la futura humanidad, ángel de la providencia y las ciencias, la certeza de que amar como amaba no era motivo de sanción, la seguridad de poder proteger su punto de vista de llegar el momento. Por contra, era consciente de que muchas cosas debían e iban a cambiar previo a proferir en forma de palabras el tipo de sentimiento que guardaba hacia aquel.

[...] * Sección de la Rebelión en el Cielo, Rafael y Asmodeo. [Rol en proceso]

Después de la rebelión

Tras días en los que ni un segundo hubo para descansar pues el cielo debía y tenía que volver a funcionar cuanto antes, a expensas de la guerra fratricida que había bañado los pulcros mármoles de las calles de Reino de los Cielos, otros tres pasó el arcángel sanador encerrado en una prisión de oro por su presunta unión con el serafín caído Asmodeo. El sin-oficio le llevó al llanto, al dolor por todo cuanto había perdido, al dolor por cuanto no había salvado pero finalmente y ante el tribunal de Dios fue rápidamente juzgado, para su Padre y el resto de los arcángeles no hubo ni un segundo de duda para con la lealtad de quien defendió a expensas de todo la casa del Señor.

A raíz de la caída de los rebeldes incontables fueron los cambios que se llevaron a cabo, otros simplemente se planearon para ejecutarlos cuando fuera procedente pues requerían de una base que posiblemente no había. El más importante sin lugar a dudas: la Creación.

Tiempos previos a los regalos del Génesis, cuantos conocían a Rafael notaron patente el cambio que este sufrió, la característica sonrisa que siempre le acompañó desapareció sin dejar rastro, con esta la alegría era capaz de infundir, solo sobrevivió la determinación propia de un buen médico.

Determinación que se concentró toda en el género humano, creación de la cual quedó embelesado a tal punto de presentarse casi el primero como protector de la Tierra y sus habitantes; en el fondo necesitaba llenar el vacío de su alma.

[... ] *Sección del Génesis, Rafael y Lilith. [Rol en proceso]


El destierro de Adán y Eva, así como de sus hijos, resultó insuficiente para que el arcángel sanador les diera la espalda. Cierto, Dios ordenó a todo ser divino que se alejara de aquellos desterrados, el caso es que Rafael había aprendido lo que era el amor, sabía que esa potente fuerza unía al Creador y al hombre de manera indivisible, nunca cesaron sus peticiones de volverles la vista de manera generaliza. Había que ayudarlos a encontrar el camino, solo necesitaban un guía. . .

Durante los 700 años que vivió la pareja proscrita y para gozo de Rafael, paulatinamente Dios permitió la aproximación a estos y sus descendientes, hasta el punto en el que el Reino de los Cielos quedó estructurado de tal forma que se constituiría en una máquina de protección, dirección, observación y ejecución en pro de los humanos. Realidad que no tomó forma hasta casi olvidadas las épocas del Edén.

Hechos que protagoniza.

Tras haber sido purificado el Mundo con el Diluvio Universal con el que Yahveh purgó la tierra del mal, corrompida por demonios y gigantes, estos últimos hijos de Caín, entregó a Noé conocimientos avanzados de medicina.

Fue enviado a hacer indolora la circuncisión en Abraham, la muestra en carne de la unión del hombre con Él; posteriormente sustituida en el cristianismo con el bautismo.

Curó el muslo de Jacob, herida que le hizo un ángel contra el que este hombre luchó y ganó, antes de llamarse Israel (ארץ ישראל, lucha contra dios).

Otorgó a Salomón el anillo mágico de las virtudes con el que sometió a los demonios para construir el Templo.

Acompañó a Tobit, a quien dijo además la receta para curar los ojos su padre, Tobías, y la manera con la que alejar al demonio Asmodeo de Sara, quien sería la futura mujer de Tobías. Posteriormente, siguió al demonio y lo encadenó a las tierras del Egipto.

Propició la caída de la orden del Temple ante la creciente corrupción que en ella surgió.